Al final, se causó una muerte. El cadáver apareció en El Pozo, tirado entre unos cartones. Sospecho que ese fue el real comienzo de mi historia o, por lo menos, el inicio de la sorprendente aventura que, a raíz de aquella muerte, protagonicé.
Autor: César Mallorquí
Géneros: Drama, Intriga, Misterio, Novela, Novela negra, Policiaca, Suspense, Thriller
Laura es una joven que ha sido desheredada por la fortuna: la muerte de su padre la expulsa de su cómodo entorno de niña pija y chalet en urbanización y acaba recalando en un barrio humilde del extrarradio de la gran ciudad.
No tiene nada en el mundo tras la ruptura radical que ha sacudido su vida. Hasta que conoce al joven Tomás y su cohorte de amigos: el mendigo Germán (cuya enigmática muerte precipita los acontecimientos), el trastornado Horacio, el Capitán Trotamundos...
Juntos se ven envueltos en peripecias que acaban conduciendo al esclarecimiento de una serie de misteriosas desapariciones de jóvenes y a unos no menos misteriosos comedores para indigentes, regentados por una secta, los cenobitas, tal vez no tan inocente como a primera vista parecía...
LEER MÁSEn El maestro oscuro, Mallorquí vuelve a hacer aparecer los temas recurrentes de su faceta de novelista juvenil: organizaciones secretas con fines no del todo claros, protagonistas que van adquiriendo paulatinamente una suerte de lúcida conciencia social, misterio aderezado con algunos leves tintes fantásticos (sólo explicitados muy al final de esta obra) y aparición de unos personajes femeninos tan resolutivos como estereotipados resultan los demás personajes.
En efecto, el retrato de personajes se convierte en el principal defecto de la novela, con un lenguaje coloquial no del todo conseguido y una acusada falta de profundidad que por desgracia (y sin motivo alguno) parece ser demasiado frecuente en el terreno de la novela juvenil.
Carencias éstas que lastran lo que podría haber sido una buena novela que, con ser la más insatisfactoria de cuantas ha publicado hasta ahora César Mallorquí (nada que ver con La fraternidad de Eihwaz o La catedral), sí comparte con ellas un ritmo trepidante y una facilidad para la lectura realmente envidiable. Una novela menor, pero muy simpática.
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